En los pasados días la república de Georgia hizo noticia. Suele ocurrir que la existencia de algunos países es de total desconocimiento de muchas personas hasta que cierto hecho noticioso hace que estos países sean “descubiertos”, usualmente el hecho que delata a estos países es de índole política (guerras o golpes de estado) o tragedias (accidentes o desastres naturales).
¿Y qué sabemos de Georgia? Que se encuentra en el Cáucaso, su capital es Tblisi, formó parte de la disuelta Unión Soviética, es el país de origen de Khaka Kaladze y Shota Arveladze y –como la mayoría de los países de esa zona– es productor de energía eléctrica, carbón y acero.
Esta nación de aproximadamente 5 millones de habitantes cuenta con una importante tradición literaria, desconocida para este lado del mundo dadas las distancias, el idioma y otros factores. Cabe destacar, entre los 2 más representativos escritores georgianos, a Konstantine Gamsakhurdia y Mikheil Javakhishvili.
Gamsakhurdia (1893-1975) pasó buena parte de su vida en Alemania, país que ejerció una fuerte influencia en sus escritos. Su primera novela, The Smile of Dionysus, habla sobre un joven georgiano en París que es separado de su sociedad nativa y se convierte en un completo extraño en la ciudad que representa sus ideales, esta obra trata de mostrar el sentimiento que producía la ideología soviética sobre los georgianos que se vieron en la obligación de migrar a otro país. Las posteriores temáticas de sus obras tendrían los mismos matices nacionalistas. Su obra maestra, The Right Hand of the Grand Master, una historia de amor ambientada en la Georgia del siglo XII, muestra cómo la pasión humana se confronta con el deber y la obediencia ante el Rey. Una clara alegoría de lo que pasaba en ese momento en su país.
Mikheil Javakhishvili (1880-1937) fue ejecutado durante el mandato de Stalin por haber sido un acérrimo crítico del autoritarismo soviético. Pero no sólo su aguda crítica contra las formas de gobierno de su país y de la cercana Unión Soviética fueron las principales causas de que este autor sea reconocido, sino el manejo de un lenguaje folclórico (olvidado por la continua evolución de las lenguas), el devastador realismo y la forma en que humor, pesimismo y anarquía contrastaban y describían la vida de ciudad y de campo de esa época, retratando la confrontación entre un tiempo viejo y un tiempo nuevo: el tiempo del zarismo y el del soviet. En Jaqo's Dispossessed (su más importante novela), Javakhishvili cuenta cómo un avaro estafador arruina la vida de un príncipe filántropo, robando su dinero, a su mujer y finalmente su salud, mostrando la caída de la nobleza y la desilusión con los sistemas de gobierno que se intentaron realizar en Georgia hasta la pérdida de su independencia.
Otros autores destacados son Nodar Dumbadze (de prosa simple, humorística y melancólica), Galaktion Tabidze (poeta oscuro que hablaba de soledad, desamor, muerte y depresión), y Shota Rustaveli (poeta del siglo XII que compuso el “poema épico nacional”).
Una de las facetas a las que se presta la literatura es a la denuncia, no sólo algunos de los autores citados arriba usaron a los libros como herramienta de denuncia de la coyuntura que les toco vivir, este hecho se puede registrar en todas las naciones y épocas de la historia, pero este efecto ha sido una constante en la producción literaria de Georgia, país que durante gran parte de su historia sufrió embates políticos los cuales, quizás, cercenaron importantes vetas literarias en lo que a temáticas se refiere. Con esto no pretendo desmerecer la fructífera labor de estos y otros escritores georgianos, sino mostrar cómo un proceso político basado en la guerra, la violencia y autoritarismo afecta las artes de un país, puesto que muchos escritores de Georgia sufrieron de exilios voluntarios y obligados, años en cárcel, persecución, censura y asesinato. Otra vez le toca a Georgia ser transgredida en su integridad territorial y soberana, de magnificarse los hechos en esa zona, la literatura georgiana seguramente volverá a testificar los hechos que allí se registren, como la ha hecho desde siempre y como se seguirá haciendo.
¿Y qué sabemos de Georgia? Que se encuentra en el Cáucaso, su capital es Tblisi, formó parte de la disuelta Unión Soviética, es el país de origen de Khaka Kaladze y Shota Arveladze y –como la mayoría de los países de esa zona– es productor de energía eléctrica, carbón y acero.
Esta nación de aproximadamente 5 millones de habitantes cuenta con una importante tradición literaria, desconocida para este lado del mundo dadas las distancias, el idioma y otros factores. Cabe destacar, entre los 2 más representativos escritores georgianos, a Konstantine Gamsakhurdia y Mikheil Javakhishvili.
Gamsakhurdia (1893-1975) pasó buena parte de su vida en Alemania, país que ejerció una fuerte influencia en sus escritos. Su primera novela, The Smile of Dionysus, habla sobre un joven georgiano en París que es separado de su sociedad nativa y se convierte en un completo extraño en la ciudad que representa sus ideales, esta obra trata de mostrar el sentimiento que producía la ideología soviética sobre los georgianos que se vieron en la obligación de migrar a otro país. Las posteriores temáticas de sus obras tendrían los mismos matices nacionalistas. Su obra maestra, The Right Hand of the Grand Master, una historia de amor ambientada en la Georgia del siglo XII, muestra cómo la pasión humana se confronta con el deber y la obediencia ante el Rey. Una clara alegoría de lo que pasaba en ese momento en su país.
Mikheil Javakhishvili (1880-1937) fue ejecutado durante el mandato de Stalin por haber sido un acérrimo crítico del autoritarismo soviético. Pero no sólo su aguda crítica contra las formas de gobierno de su país y de la cercana Unión Soviética fueron las principales causas de que este autor sea reconocido, sino el manejo de un lenguaje folclórico (olvidado por la continua evolución de las lenguas), el devastador realismo y la forma en que humor, pesimismo y anarquía contrastaban y describían la vida de ciudad y de campo de esa época, retratando la confrontación entre un tiempo viejo y un tiempo nuevo: el tiempo del zarismo y el del soviet. En Jaqo's Dispossessed (su más importante novela), Javakhishvili cuenta cómo un avaro estafador arruina la vida de un príncipe filántropo, robando su dinero, a su mujer y finalmente su salud, mostrando la caída de la nobleza y la desilusión con los sistemas de gobierno que se intentaron realizar en Georgia hasta la pérdida de su independencia.
Otros autores destacados son Nodar Dumbadze (de prosa simple, humorística y melancólica), Galaktion Tabidze (poeta oscuro que hablaba de soledad, desamor, muerte y depresión), y Shota Rustaveli (poeta del siglo XII que compuso el “poema épico nacional”).
Una de las facetas a las que se presta la literatura es a la denuncia, no sólo algunos de los autores citados arriba usaron a los libros como herramienta de denuncia de la coyuntura que les toco vivir, este hecho se puede registrar en todas las naciones y épocas de la historia, pero este efecto ha sido una constante en la producción literaria de Georgia, país que durante gran parte de su historia sufrió embates políticos los cuales, quizás, cercenaron importantes vetas literarias en lo que a temáticas se refiere. Con esto no pretendo desmerecer la fructífera labor de estos y otros escritores georgianos, sino mostrar cómo un proceso político basado en la guerra, la violencia y autoritarismo afecta las artes de un país, puesto que muchos escritores de Georgia sufrieron de exilios voluntarios y obligados, años en cárcel, persecución, censura y asesinato. Otra vez le toca a Georgia ser transgredida en su integridad territorial y soberana, de magnificarse los hechos en esa zona, la literatura georgiana seguramente volverá a testificar los hechos que allí se registren, como la ha hecho desde siempre y como se seguirá haciendo.
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