¿Qué es un coño formidable?
Para algunos resulta bastante difícil definir lo que es un coño formidable, para otros no pasa de ser una frase con explícitas connotaciones sexuales, para ciertas personas se trata de una inocente frase exclamatoria.
Para mi la cuestión es bastante sencilla, este blog es un coño formidable porque habla de coños formidables y de cosas que no son coños formidables en lo absoluto.
Hazla... opina, da palo, haz mierda, felicita, lo que sea, pero hazla.
26 de agosto de 2008
EL VIAJE DEL ELEFANTE ESTÁ TERMINADO
La semana pasada Pilar del Río, esposa de José Saramago, anunció que el autor portugués terminó su última novela: El viaje del elefante, en su retiro de la isla canaria de Lanzarote.
La novela, basada en un hecho real, cuenta un peculiar viaje emprendido por un elefante en el siglo XIX; traslado que lo llevaría a recorrer casi la mitad de Europa. Una variedad de hechos reales y absurdos son los que hacen que el paquidermo, su cuidador y la caravana que conforman, compartan aventuras, esfuerzos, alegrías y decepciones. Del Río explicó que a través del típico estilo de Saramago, el humor, la ironía y el sarcasmo permiten que el lector se mueva placidamente dentro de la novela y pueda descubrir cual es el mensaje que el ganador del Nobel pretende transmitir: "La compasión solidaria, ese sentimiento que siendo expresado literariamente es, sobre todo, humano, atraviesa toda la obra, se distingue y se significa".
Pese a los posibles tintes históricos a los que se presta la novela, Saramago no hace más que servirse de un momento histórico y de una pequeña historia (la del elefante) para cumplir con su “responsabilidad de escribir”. Durante el último año se temió que Saramago pudiese dejar de cumplir con esa responsabilidad, pues su salud se vio seriamente afectada por una dolencia respiratoria, lo que retrasó considerablemente la finalización de esta obra.
Algunas de las características del estilo de Saramago es la creación de oraciones de gran extensión (de más de una página de largo), con una puntuación que pareciese ser incorrecta y con una notable falta de delimitación de los diálogos. Según el autor laureado con el premio Nobel de 1998, esto se debe que él maneja un estilo “vocal” que estaría más emparentado con la composición musical, incluyendo tonos altos y bajos o pausas largas o cortas que marcarían el ritmo de la lectura.
Algunas obras del autor que merecen ser leídas o releídas son: Ensayo sobre la ceguera (historia de una ciudad en la que la ceguera se vuelve una epidemia), Todos los nombres (un kafkiano burócrata encuentra en el Registro Civil la ficha de una mujer, sin haber visto su cara se enamora perdidamente de ella y sale en su búsqueda), Las intermitencias de la muerte (en un país la gente deja de morir), Ensayo sobre la lucidez (en una elección municipal, la mayoría de los votantes decide votar de una forma inesperada que preocupará de sobremanera al gobierno).
Seguramente El viaje del elefante estará a la altura de las historias que Saramago nos ha obsequiado a lo largo de los años y que lo han convertido en uno de los autores más destacados de los últimos años.
INSTRUCCIONES PARA CRUZAR A LA PLAZA DEL ESTUDIANTE (1)
CAPÍTULO I: LA PLAZA DEL ESTUDIANTE O LA ROTONDA DE PASO
En la ciudad de La Paz hay una plaza popularmente conocida por sus habitantes como “La Plaza del Estudiante” que, y es la idea principal que se sostiene en este primer capítulo, despreciada por la mayoría de sus habitantes como una plaza para jugar o tomar helados, es asumida simplemente como una rotonda para distribuir, para distribuir autos, para distribuir peatones, pero pocas veces para estar. Es cierto que hay gente reposando en las bancas a toda hora del día, sin embargo -y digan si no es aventurada postura- eso no define a una plaza.
De nombre original “Plaza Franz Tamayo”, aquel personaje para muchos héroe célebre de nuestra educación, en su centro exhibe un monumento a otro héroe, un héroe bien cojonudo que se agarraba a espadazos contra los españoles para liberar a los habitantes del Alto Perú, montado en un caballo también bien cojonudo (si quieren se fijan, bien clarito se ve). Plaza de muchos motivos, llamada “del estudiante” por razones que desconozco, en la que incluso los estudiantes, a quienes siempre les sobra tiempo, permanecen perecederamente porque sólo están de paso.
Casi todo lo que ocurre en la plaza no ocurre en la plaza. Ocurre en la fuente del Prado, en los bares de la Batallón Colorados, en las trancaderas del comienzo de la Cañada Strongays en las que los futuros pasajeros esperan a sus futuros minibuses, en los embotellamientos alrededor de la plaza, en los embotellamientos en los bares de la Batallón Colorados, en los jóvenes que se dirigen de uno a otro lado con sus papas fritas bañadas en salsa pero sin pollo a la broaster, en los micros que rebalsan de gente y aun así tienen fuerzas para subir la Landaeta, en los lugares donde señoras y señores se toman un zumo de naranja hecho en un carrito que nunca es estacionado en la plaza. En fin, nada pasa en la plaza porque la plaza, menos que ser plaza, es rotonda.
Y que la plaza es solo rotonda lo corroboran no sólo los que están ahí de paso, sino aquellos niños, jóvenes y familias que jamás la eligen como un lugar para pasar un buen rato y compartir con sus congéneres. Los niños necesitan espacios amplios para jugar y que no se les vaya la bola de un chumbazo, los jóvenes necesitan de asientitos no tan fríos como las gradas que rodean al monumento para tomarse unos tragos, y las familias necesitan de lugares más agradables para sentarse o echarse y comer mandarinas o maní con cáscara. Debo decir que jamás vi a una familia mandarineando en la Plaza del Estudiante en un feriado de Corpus Cristi.
Ya que sólo queda cruzar por la plaza o sus alrededores, siempre es bueno saber cómo. Es bueno saber cómo cruzar y llegar tranquilo y completo -como si fuera un gran drama- a la otra acera. Lo que no vale la pena es permanecer en la plaza, en ella habitan ratones -unos ratones para nada cojonudos, dicho sea de paso-.
GEORGIA: LITERATURA NACIONALISTA DEL CÁUCASO
¿Y qué sabemos de Georgia? Que se encuentra en el Cáucaso, su capital es Tblisi, formó parte de la disuelta Unión Soviética, es el país de origen de Khaka Kaladze y Shota Arveladze y –como la mayoría de los países de esa zona– es productor de energía eléctrica, carbón y acero.
Esta nación de aproximadamente 5 millones de habitantes cuenta con una importante tradición literaria, desconocida para este lado del mundo dadas las distancias, el idioma y otros factores. Cabe destacar, entre los 2 más representativos escritores georgianos, a Konstantine Gamsakhurdia y Mikheil Javakhishvili.
Gamsakhurdia (1893-1975) pasó buena parte de su vida en Alemania, país que ejerció una fuerte influencia en sus escritos. Su primera novela, The Smile of Dionysus, habla sobre un joven georgiano en París que es separado de su sociedad nativa y se convierte en un completo extraño en la ciudad que representa sus ideales, esta obra trata de mostrar el sentimiento que producía la ideología soviética sobre los georgianos que se vieron en la obligación de migrar a otro país. Las posteriores temáticas de sus obras tendrían los mismos matices nacionalistas. Su obra maestra, The Right Hand of the Grand Master, una historia de amor ambientada en la Georgia del siglo XII, muestra cómo la pasión humana se confronta con el deber y la obediencia ante el Rey. Una clara alegoría de lo que pasaba en ese momento en su país.
Mikheil Javakhishvili (1880-1937) fue ejecutado durante el mandato de Stalin por haber sido un acérrimo crítico del autoritarismo soviético. Pero no sólo su aguda crítica contra las formas de gobierno de su país y de la cercana Unión Soviética fueron las principales causas de que este autor sea reconocido, sino el manejo de un lenguaje folclórico (olvidado por la continua evolución de las lenguas), el devastador realismo y la forma en que humor, pesimismo y anarquía contrastaban y describían la vida de ciudad y de campo de esa época, retratando la confrontación entre un tiempo viejo y un tiempo nuevo: el tiempo del zarismo y el del soviet. En Jaqo's Dispossessed (su más importante novela), Javakhishvili cuenta cómo un avaro estafador arruina la vida de un príncipe filántropo, robando su dinero, a su mujer y finalmente su salud, mostrando la caída de la nobleza y la desilusión con los sistemas de gobierno que se intentaron realizar en Georgia hasta la pérdida de su independencia.
Otros autores destacados son Nodar Dumbadze (de prosa simple, humorística y melancólica), Galaktion Tabidze (poeta oscuro que hablaba de soledad, desamor, muerte y depresión), y Shota Rustaveli (poeta del siglo XII que compuso el “poema épico nacional”).
Una de las facetas a las que se presta la literatura es a la denuncia, no sólo algunos de los autores citados arriba usaron a los libros como herramienta de denuncia de la coyuntura que les toco vivir, este hecho se puede registrar en todas las naciones y épocas de la historia, pero este efecto ha sido una constante en la producción literaria de Georgia, país que durante gran parte de su historia sufrió embates políticos los cuales, quizás, cercenaron importantes vetas literarias en lo que a temáticas se refiere. Con esto no pretendo desmerecer la fructífera labor de estos y otros escritores georgianos, sino mostrar cómo un proceso político basado en la guerra, la violencia y autoritarismo afecta las artes de un país, puesto que muchos escritores de Georgia sufrieron de exilios voluntarios y obligados, años en cárcel, persecución, censura y asesinato. Otra vez le toca a Georgia ser transgredida en su integridad territorial y soberana, de magnificarse los hechos en esa zona, la literatura georgiana seguramente volverá a testificar los hechos que allí se registren, como la ha hecho desde siempre y como se seguirá haciendo.
MÁS HISTORIAS DE SECUESTROS
El libro llevará por nombre El trapecista, en él se narrarán las vicisitudes por las que atravesó Araujo: la captura, las condiciones de reclusión, las relaciones con los captores y los otros rehenes (entre ellos Ingrid Betancourt) y finalmente la obtención de la libertad. Probablemente, uno de los hechos más dolorosos para el ex rehén –y que está consignado en el libro con la transcripción de un diario– es que al recuperar su libertad su mujer, Mónica, ya no lo esperaba.
Cabe remarcar que Araujo no fue liberado por las FARC, sino que escapó aprovechando una operación militar del ejército colombiano. Después de su fuga tuvo que caminar durante 5 días en plena selva hasta encontrar a las tropas colombianas.
Con este ya son 3 los libros escritos por ex rehenes de las FARC, los otros 2 son: Mi fuga hacia la libertad de John Frank Pinchao y Luís Eladio Pérez: siete años secuestrado por las FARC de L:E. Pérez. Asimismo se anunció que próximamente Clara Rojas publicará un libro basado en los mismos hechos.
¿SON LOS LIBROS EQUIPAJE?
Hace un tiempo, estando yo abordando una flota, me detuve un momento a ver qué lecturas tenían los viajantes entre manos. Una señora con mucho maquillaje tenía entre sus manos una copia pirata de Volar sobre el pantano de Carlos Cuauhtémoc Sánchez; un joven de apariencia totalmente normal leía con cierto aburrimiento el Diario del Che en Bolivia; con sorpresa identifiqué una copia de El código Da Vinci en manos de un hombre de aproximadamente 50 años; las revistas de Condorito y algunas otras publicaciones de esa índole también estaban presentes en esa flota.
Hice memoria, durante mis últimos viajes los libros que yo llevé fueron: A sangre fría (Capote), El golem (Meyrink), Cuentos fantásticos (Kafka) y Pedro Páramo (Rulfo) entre otros títulos. Todo esto me hizo pensar en cuales son las lecturas adecuadas para un viaje, supongo que lo “llevadero” de una trama o tema es esencial a la hora de elegir el libro de viaje, en este sentido, dudo mucho que Ulises de Joyce o La montaña mágica de Mann sean lecturas adecuadas para el bus o avión, en cambio Alicia en el país de las maravillas (Carroll) o Ensayo sobre la ceguera (Saramago) piden a gritos el ser llevados de viaje.
Otro factor determinante a la hora de elegir el libro es el lugar al que se está viajando, habrá mucha gente a la que le guste empaparse de “semejanzas” o información del lugar de destino, vale decir que si se dirige a plena selva, La voragine de Rivera sería una elección bastante obvia, o en caso de darse una vuelta por Turquia, cualquiera de las obras de Orham Pamuk sería apropiada para tal viaje. En este sentido, libros de ciencia ficción estarían evidentemente descartados, al menos que el sujeto en cuestión realmente se dirija al espacio a bordo de un transbordador espacial.
Nunca faltan los pseudo-intelectuales que con total indiferencia se la pasan leyendo a Sartre y Nietzsche; o los “bien paceños” que andan con su Saenz, Vizcarra y su periódico; los realistas fantásticos que de García Márquez no pasan; y así, podría enumerar varias categorías de lectores y libros que tuve la oportunidad de observar en distintos viajes.
No creo que haya una lectura realmente “indicada” para un viaje, muchas veces uno lleva el libro que está leyendo en ese momento para no tener que esperar hasta la vuelta para retomar su lectura; o en otros casos resulta que el libro llevado, ni siquiera es abierto o incluso recordado durante el viaje (indicio inequívoco de que el viaje fue muy bueno, la compañía muy agradable, excesivo el cansancio o todos los anteriores).
En este mi último viaje llevé La piel del tambor de Pérez-Reverte, durante el viaje no tuve la necesidad de recurrir a él en busca de distracción y tampoco es un libro tan impresionante como para leerlo en vez de disfrutar del viaje como tal. En unas semanas viajaré de nuevo, en esta ocasión pienso llevar conmigo Los dominios del lobo de Javier Marías, espero que la primera novela del madrileño sea buena, pero no tan buena como para evitar que pueda disfrutar de mi viaje.
19 de agosto de 2008
EL VICIO DE SEBASTIÁN ANTEZANA
Como en casi toda presentación de tal importancia, no faltó el protocolo, los ex presidentes, los discursos, los cumplidos y los acostumbrados clichés por parte de discursantes en general. Claro, esto hasta que Wilmer Urrelo tomó la palabra para presentar a “el Sebas”, que es como él se refiere a Sebastián Antezana (ni yo me tomo tal libertad, pero a Urrelo se le permite por ser el anterior ganador del premio), rompiendo un poco con el tono serio del evento e incluso arrancando una que otra lágrima de emoción de alguno de los presentes en el Salón de Honor de la XIII FIL.
En su discurso de presentación, sobrio y conciso (ambos, el autor y el discurso), Antezana valoró a la novela (al género, no a La toma del manuscrito), explicando cómo el proceso de escritura que requiere una novela le concede una relevancia extraordinaria por sobre otras expresiones literarias, asimismo vertió grandilocuentes adjetivos al género novelesco y recordó a algunos de sus favoritos (Joyce y Perec).
A medida que escuchaba sus palabras, recordé los días en que Sebastián se la pasaba encerrado en su casa, vestido con un buzo blanco (motivo constante de mis burlas) y una polera cualquiera, terminando y corrigiendo La toma del manuscrito, evadiendo mis ociosas conversaciones telefónicas o mis visitas para robarle libros, incluso negando las típicas salidas nocturnas. Su excusa para tales evasiones era que él se encontraba “en la zona”, ese instante ideal en el que las ideas fluyen sin desbordarse, las palabras se ordenan sutilmente una detrás de otra, los adjetivos sobran y un aura de seguridad se apodera de uno.
Pero no es fácil estar “en la zona”, no se trata de darse un tiempo libre y comenzar a crear (y me refiero a cualquier tipo de creación, no necesariamente a la escritura); para verdaderamente estar en esa zona hay que comprometerse y creer en lo que se está realizando, adentrarse en el proceso creativo como tal, de esta forma, en la búsqueda muchas veces uno llega a encontrar más de lo que espera, puede encontrarse a si mismo (o perderse totalmente, como le pasó a muchos).
Si bien la escritura puede ser terapéutica o una forma de escape o evasión de la realidad, en el momento en el que ella se hace parte intrínseca y latente de uno, en el momento en que deja de ser un pasatiempo o hobby, es cuando alcanza el status que Antezana describió en su presentación, cuando escribir es una necesidad y parte de una rutina de vida, (rutina en el mejor sentido), como una necesidad básica, fisiológica (Maslow debe estar revolcándose en su tumba), que nace con uno y no surge con el transcurso del tiempo.
Pero al mismo tiempo esta necesidad de escribir trae consigo una trampa, una maldición: el escribir puede llegar a ser una necesidad de difícil satisfacción. No sólo por la implacable autocrítica que tienen muchos autores con su trabajo, sino que la escritura se convierte en un “vicio” de investigar, adjetivar, profundizar, ahondar en un tema específico, hablar sobre algo que no se conoce y hacer creer al lector que sí, describir lugares que están tan alejados que el escritor jamás posará su mirada sobre ellos, o incluso plasmar en papel lugares que sólo existen en la imaginación del creador de historias.
Yo creo que el vicio se ha apoderado de Sebastián Antezana y que este esbozo de su obra personal no perdurará, ya que será sustituido por sus nuevos trabajos que seguramente superarán a esta su primera novela. Lastimosamente, hasta la publicación de esta entrada, no puedo ofrecer una reseña de la novela, puesto que durante el festejo/crápula que siguió a la mencionada presentación, mi copia del libro desapareció sin dejar rastro alguno, indicio inequívoco de la alegría y excesos que los amigos de Sebastián compartimos con él por este su importante logro. Felicidades hermano.
OTRA VEZ SAENZ
¿Qué más se puede escribir o decir de Saenz? ¿Es realmente oleado y sacramentado el hablar del mítico escritor paceño? Borges decía que “un clásico es un autor del que todos hablan pero al que nadie lee”, ¿está el Sr. Saenz dentro de esta clasificación de clásicos? Me detengo un instante a recordar las numerosas reseñas, críticas, artículos, estudios, contratapas o solapas en las que se explaya la obra, vida, influencia, intimidades, detalles, costumbres, etc, etc, del autor paceño, asimismo, algunos de los autores de estos escritos vienen a mi mente: Leonardo García Pabón, Rubén Vargas, Blanca Wiethuchter, Luis H. Antezana…
A ciencia cierta, ¿se sabe mucho o poco del autor de Felipe Delgado, (novela hito de la literatura boliviana)? ¿Quiénes saben más o pueden ofrecernos una aproximación más real a la obra y vida de Saenz? ¿Los que lo conocieron y compartieron momentos con él o los que leyeron de pe a pa toda su obra miles de veces? ¿Arturo Orías tal vez? ¿Es todo esto realmente importante?
Quizás uno de los puntos de confluencia de los “hablantes” de Saenz es la temática –inconfundible y por demás explícita– de su obra, vale decir la muerte y el alcohol. Claro, no como simples conceptos de diccionario, sino como acercamientos al verdadero conocimiento de la vida y el mundo. La mezcla de estos elementos (por demás románticos) impregnan la obra y vida de Saenz, convirtiéndolo en ícono, héroe (¿antihéroe?) y estandarte. Marginación, noche, magia, poesía, son algunos de los sustantivos que continuamente saltan a mi cabeza y luchan por ser escritos y ser relacionados con el tema, no los evito, ahí están.
El ambiente romántico en el que se desarrolla la vida y muerte de Saenz nunca deja de sorprenderme, la gran cantidad de hechos, teorías y mitologías tejidas alrededor de su imagen: el Averno perdido, el hobby de relojero, la Casa del Poeta en la C. Sanjinés, la tía Esther, los cigarrillos partidos por la mitad, la “dormida” que es pero que no es, su hija, la farmacia “La Merced” en Sopocachi (esa no se la sabían), la morgue y otras tantas imágenes que acompañan los collages de Saenz. Y digo “collages” porque cada lector, cada amigo de andadas, cada estudioso, cada sujeto de a pie que jura haber compartido unos tragos con Saenz, tiene su propio collage, cada una de esas personas se ha apropiado y moldeado (en el buen sentido) la vida del autor paceño, formando una imagen que engloba una gran serie de mitos y realidades, colocando a Saenz en un pedestal que no está por encima de nuestras cabezas, sino a nuestro lado; Saenz se ha dejado acercar y aunque su no presencia pareciera que lo aleja, en realidad no hace más que arrimarlo.
Una vez llevé a alguien a que conozca la tumba de Saenz, después de los rituales de rigor me dijo que la tumba era, al mismo tiempo, lo que uno espera y no espera que fuese. Y ciertamente, al tratarse de uno de los escritores bolivianos más notables se puede esperar un mausoleo digno de un cementerio como el Pere Lachaise, Highgate o el Cimitero Protestante, o quizás también se podría esperar un sitio encantado, con inscripciones en las paredes, velas, fotos, fetiches… pero no es así. Una pequeña lápida de 40x30 centímetros casi a ras del piso, apenas visible detrás de eventuales floreros hechos de botellas plásticas y cargados de claveles, encerrada entre un angulo recto de la pared y un árbol, es la primera impresión que el visitante obtiene. No hay mármol o letras doradas, estatuas ni ninguna clase de ornamento. Una tumba que es pura sencillez y cumple su objetivo sin aspiraciones mayores que esa.
Es así como Saenz recibe a los visitantes, su tumba es como cualquier otra, se presta a recibir a cualquiera que así lo desee, invitando a que el forastero se quede con el recuerdo que mejor le parezca, tal vez es eso lo que deberíamos rescatar siempre de su obra literaria. Sea cual sea la forma en que vivió y sean cuales sean las costumbres que haya tenido (extravagantes, mundanas, extremas o burdas), su producción literaria puede acercar a cualquiera que no esté familiarizado, a un mundo marginal, escondido ante sus ojos, misterioso y pintarlo de tal forma, que se convierte en un lugar agradable y acogedor, donde la oscuridad o la muerte, son fuente de luz y de vida.
POETA ESPAÑOL ASESINADO, SUS RESTOS DESAPARECIDOS
- Tengo orden de detener a Federico García Lorca que Uds. tienen escondido aquí.
Pese a las protestas de la ama de casa, el escritor es conducido al edificio del gobierno civil, donde es recibido con un culetazo de un guardia y con la acusación de ser un “espía ruso”, argumento totalmente absurdo, una burda excusa para eliminarlo. La familia Rosales exige una explicación razonable o la liberación de García Lorca. A esa altura ya ningún argumento era válido, todos presentían el futuro que le deparaba al poeta. Otra noticia sacudía a los Rosales, Manuel Fernández, el cuñado de Federico y alcalde de Granada, había sido fusilado ese mismo día en la tarde.
José Rosales, uno de los hijos mayores de Esperanza, realiza toda clase de diligencias para obtener la libertad de García Lorca, intercambia palabras de tono fuerte con Ruiz Alonso, después se entrevista con el gobernador civil de Granada, José Valdés, el cual le explica la gravedad de las acusaciones: “socialista y agente de Moscú”; y finalmente habla con Antonio González, el gobernador militar, del cual obtiene una orden de libertad para Federico García Lorca.
A la mañana siguiente, y armado con el documento, José vuelve al edificio del gobierno civil. Valdés lo recibe y le informa que Lorca ya no está allí, que seguramente ya lo habrán fusilado y que andan tras la pista de su hermano, Luís Rosales, por haber refugiado a Federico. José sale desconsolado, teme por la vida de su hermano y lamenta la muerte de Lorca, pero la realidad es otra, Garcia Lorca todavía se encuentra con vida, lo habían trasladado a “La Colonia”, una villa cerca de Granada donde pasaban sus últimas horas los prisioneros sentenciados a muerte. Valdés no se podía dar el gusto de fusilar así como si nada a Federico, puesto que se trataba de un personaje importante y se necesitaba la orden de un superior –el General Queipo de Llano– para poder asesinarlo.
Posiblemente esa orden fue dada por Queipo de Llano a Valdés la noche del 18 de agosto por vía telefónica. La madrugada del 19 de agosto, el Buick que transportaba a los prisioneros salía de La Colonia con 4 “pasajeros”, se dirigió a Fuente Grande, una fuente al pie de Sierra Alfacar, no muy lejos de la villa. Al llegar, Federico y los otros 3 prisioneros son bajados del camión y fusilados prontamente. García Lorca muere asesinado a la edad de 38 años.
Por las características del hecho, no se conoce con exactitud el lugar donde está enterrado el cuerpo del poeta, pero se cree que yace al pie de la Sierra Alfacar o alrededor de un pequeño puente a pasos de la Fuente Grande.
Ante los ojos del mundo fue una muerte injustificada (al igual que las aproximadas 100.000 víctimas fusiladas durante el gobierno de Francisco Franco); su cercanía con el pensamiento de izquierda, su homosexualidad, su libertad, su éxito y su participación en manifiestos y peticiones de paz dispararon las alarmas de los dogmáticos. La pluma de Lorca cantó las verdades de esa España, verdades que irritaron y exacerbaron los viles instintos de los que estaban en el poder, que callaron su atrevimiento y talento, más no su pensamiento y obra, destinado a trascender como honestos testimonios del pensamiento del escritor.
18 de agosto de 2008
Cuento de JORGE LUÍS BORGES
Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mando a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: "Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso". Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere.
"EL CADÁVER EXQUISTO BEBERÁ EL VINO NUEVO"
Los teóricos y asiduos del juego (Desnos, Eluard, Breton y Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática (la llamada escritura automática, no confundir con la escritura automática proveniente del ocultismo). De hecho, muchos de estos ejercicios se llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias que inducían estados de semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas, de esta forma, en Cadáver Exquisito lo accidental, aleatorio o intuitivo es parte de la esencia del producto, en franco desmedro de lo preparado o convencional.
11 de agosto de 2008
10 DIAS DE LIBROS, 10 DIAS FORMIDABLES
10 de agosto de 2008
LA COLUMNA DEL GONZO
Las opciones para cada incógnita son innumerables. Para dar respuesta a la primera, el investigador debe – conforme a toda su experiencia acumulada – analizar, por ejemplo, si al sujeto le gusta la comida grasosa o los vegetales, si tiene un estilo “emo” o es más “punk”, si tiene cabello largo o lo mantiene corto. En todo caso, se debe efectuar un análisis de campo riguroso, sostenido y arriesgado.
En cuanto a la segunda interrogante, el deseo deviene de un requerimiento, uno quiere algo, pero no se si es porque lo desea o porque lo necesita??? Mmm???? No se la verdad. Si se trata de una persona gorda que se pasa todo el día frente el televisor comiendo, asumo que su única necesidad es engordar tan velozmente que ni siquiera podrá – por si mismo – levantarse para ir al baño. En cambio si uno quiere una tucumana “de la México”, es el antojo que lo lleva a comer.
Para la tercera, tengo una sola idea: Muchos no se atreven a nada nuevo.
Felicito a mi “ian clo” por tan fabulosa idea y quiero expresar el sentimiento de mis consideraciones para con él. Gracias.
UN DOMINGO DE MIERDA o LA BIBLIOTECA DE LA DEMOCRACIA
9 de agosto de 2008
Cuento de JULIO CORTÁZAR
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
6 de agosto de 2008
SOLZHENITSYN: MURIÓ EL ETERNO INCONFORME
Solzhenitsyn usó su pluma para mostrar al mundo (e incluso a los mismos rusos) la cruda realidad de los campos de concentración soviéticos durante el "mandato" de Stalin, describiendo cómo el "triturador de carne humana" comenzaba con arrestos arbitrarios, y juicios y sentencias infundamentadas, para terminar en trabajos forzados, hambre, frio, dolor, enfermedad y muerte.
Siendo capitán de artilleria del ejercito ruso durante la 2a Guerra Mundial, le fueron incautadas cartas en las cuales aparecían afirmaciones "irrespetuosas" sobre el dictador Stalin, lo que motivó su arresto y exilio a Kazajstan, territorio donde comenzó a escribir sobre la realidad que le tocó vivir en los campos de concentración rusos o "gulags".
Ejemplo de lucha, fuerza y espíritu inquebrantable, Solzhenitsyn fue un eterno inconforme. De sus 89 años pasó 20 en el exilio; ahora, y esta vez para siempre, sus restos yacerán en el lugar que más amó: su patria Rusia.