¿Qué es un coño formidable?


Para algunos resulta bastante difícil definir lo que es un coño formidable, para otros no pasa de ser una frase con explícitas connotaciones sexuales, para ciertas personas se trata de una inocente frase exclamatoria.
Para mi la cuestión es bastante sencilla, este blog es un coño formidable porque habla de coños formidables y de cosas que no son coños formidables en lo absoluto.
Hazla... opina, da palo, haz mierda, felicita, lo que sea, pero hazla.

9 de septiembre de 2008

BLOW JOBS & KAFKA

Cuando cierto tipo de detalles íntimos de una persona son hechos públicos, se crea una serie de sentimientos colectivos: verguenza ajena, burla, decepción, o también regocijo, comprensión, identificación etc, etc. La publicación de una nueva biografía de Kafka trae consigo una revelación y varias repercusiones.

No hace mucho se publicó una nueva biografía de Franz Kafka escrita por James Hawes y titulada Excavating Kafka. La crítica calificó a la obra de sensacionalista e imprudente, incluso el autor fue llamado idiota, ¿cuál fue la razón para tan duras reacciones? Que en esta biografía se destapa el hecho de que Kafka era gran aficionado al “porno duro”.

El biógrafo explica que Kafka tenía entre sus posesiones (y además bajo llave), una importante cantidad de números de las revistas Amethyst y Opale, ambas de carácter pornográfico, puesto que en sus páginas se mostraban felaciones, algunas de las cuales eran practicadas por animales. Ya era conocido por los biógrafos del escritor checo, que él era afín a la pornografía, aunque nunca se había entrado en tanto detalle sobre el carácter de esa pornografía.

No se hasta qué punto es relevante o no esta “revelación” sobre el tipo de pornografía que poseía Franz Kafka, siendo que más allá de su innegable talento literario, él era un hombre, un ser humano, que, como cualquier otro, tiene necesidades y maneras de satisfacerlas. Comprendo la indignación de los biógrafos y estudiosos del escritor al ver que la imagen de un Kafka espiritual, reservado y taciturno, es manchada por estos detalles sórdidos de su intimidad; pero, ¿qué de extraordinario hay en que un hombre vea ilustraciones de sexo oral en una revista? ¿Hasta qué punto esto “ensucia” la obra o vida de Kafka?

A veces, poco es lo que conocemos de la verdadera intimidad y costumbres de nuestros allegados, entonces, ¿cómo habríamos de juzgar los hábitos de un súbdito checo que vivió a principios del siglo XX (1883-1924)? Es cierto que la tarea de un biógrafo es indagar en lo más profundo de la persona de la que se está escribiendo, lo que implica sacara a relucir numerosos detalles sorprendes, sórdidos, oscuros, simpáticos, etc., pero esto no implica caer en el sensacionalismo. Si a Kafka le gustaba ver fotos de gente o animales chupando la pija de otros hombres, bien por él, no es algo de lo que él debía sentirse orgullos o arrepentirse, al final era su vida y sus costumbres. En este punto, también cabe por aclarar que otros estudiosos de la vida del autor checo afirman que la investigación de Hawes carece de veracidad y evidencia contundente.

De la misma forma, las reacciones de indignación provocadas en diversos niveles, acusa cierto prejuicio y puritanismo, algo totalmente incomprensible tomando en cuenta la época en que vivimos, la influencia de la obra del autor de La metamorfosis y El proceso (obras que no contemplan temáticas de orden sexual que puedan ser relacionadas con esta afición del escritor) y la libertad individual de la que gozamos todos.

Dudo mucho que estos hechos afecten de forma alguna, tanto a nosotros como a futuras generaciones, la valoración de la obra del genial autor, que durante su corta vida aguantó la hostilidad de su familia para con su vocación literaria, sufrió de tuberculosis (enfermedad que lo llevaría a la muerte), soportó el deshumanizante trabajo de burócrata en una compañía de seguros y vio frustradas 5 tentativas de matrimonio. Con ese panorama en su existencia, ¿que acaso Kafka no podía encontrar distracción, placer, gusto o simple evasión en la pornografía?

A mi modo de ver, Franz Kafka se encuentra entre los más grandes escritores de todos los tiempos y no existe razón para que una “revelación” como la que hizo James Hawes, afecte mi modo de ver al autor y su obra. Sin embargo, en caso de que todo esto tuviera como trasfondo a una estrategia para vender más copias de Excavating Kafka, realmente me sentiría muy indignado y la única moral que quedaría mellada sería la de James Hawes.

1 comentario:

Alvaro G. Loayza dijo...

Chinga, la indignación no proviene de que un perro se la esté soplando a un efebo o que otro güero se esté atragantando con la huasamandanga de otro, la indignación proviene de que todo el sino de tu proyecto bloguero provenga del empute y de un estallido de cólera, y no así de un tributo, que es de donde creo que en las hondas profundidades de tu vocación literario, verdaderamente radica.
Un coño formidable: un tributo ¿a quién? Eso solo lo sabrá el Chinga y su pretérita Chingada.

Saludos y abrazos desde el lar, donde te estamos vinculando!!!