¿Qué es un coño formidable?


Para algunos resulta bastante difícil definir lo que es un coño formidable, para otros no pasa de ser una frase con explícitas connotaciones sexuales, para ciertas personas se trata de una inocente frase exclamatoria.
Para mi la cuestión es bastante sencilla, este blog es un coño formidable porque habla de coños formidables y de cosas que no son coños formidables en lo absoluto.
Hazla... opina, da palo, haz mierda, felicita, lo que sea, pero hazla.

9 de septiembre de 2008

HARRY Y MAURICIO: UN SÓLO CORAZÓN

Nunca escarmienta, por eso, otra vez más, Mauricio Murillo trata de probarnos que en el fondo tiene sentimientos; esta vez apela los libros y en particular a la popular saga de Harry Potter. Pero no nos va a contar de que trata de libro, sino qué es lo que sintió al concluir la última página del último libro. Después de esto, esperemos que el ciudadano de a pie vuelva a creer que en ese pedazo de materia al que llamamos Mauricio, queda todavia algo de humanidad... poca, leve, eterea, pero todavía existe.

Hay momentos en la vida, creo, que te marcan por la tristeza y desolación que te dejan. Recuerdo el final de una relación que duró bastante, la final de la copa Sudamericana cuando Boca le ganó al Bolívar dos cero en la bombonera (aún recuerdo el travesaño de Tufiño que creí me llevaría al mejor momento de mi vida, pero se quedó ahí, en una posibilidad), la muerte de mi perra Totoshka (que murió de casi quince años), la despedida de una persona que se iba al exterior y, por último, el momento en que terminé el último libro de la saga de Harry Potter (Harry Potter and the deadly hallows). El momento que cerré el libro después de haberlo terminado me di cuenta que nada volvería a ser igual (al igual que cuando me alejé de una mujer, cuando vi a mi equipo perder una final internacional, cuando murió mi perra o cuando esa persona se fue del país).

Sabía que el fin era ineludible. Sabía, mientras avanzaba las más de seiscientas páginas, que el libro se terminaría. Había momentos donde ya no quería seguir por el miedo al final, pero seguí. No podía dejar de leer capítulo tras capítulo y ver lo que les pasaba a Harry, Hermione y Ron (no les revelaré nada de la trama, no se preocupen).

Y así fue, el fin llegó. Cerré el libro y me quedé en silencio con una mezcla de emociones dentro de mí: la desolación y la emoción. La emoción ya que cada gran libro deja siempre lo mismo, después de leerlo uno se siente melancólico, feliz, lleno y vacío, no entiende nada y a la vez ve claro todo. La desolación porque sabía que nunca más volvería a saber cosas nuevas de Harry Potter y su mundo. En el libro de Michael Ende, La historia interminable (no hablo de la película, sino del libro, al igual que no hablo de las películas de Harry Potter, sino del libro de J. K. Rowling), Bastian, el niño protagonista, desearía encontrar un libro que nunca termine, yo quisiera que ese libro fuera uno de Harry Potter. Pero por otro lado, creo que el final del séptimo libro, el cierre de las aventuras de Harry, hace de la saga algo tan memorable. Como siempre, el fin le da sentido a la existencia.

Y así nomás, creo que nunca podré vivir lo que viví con los libros de Harry Potter. Sé que aparecerán buenas sagas en el futuro (pienso leer las de Narnia, por ejemplo), o me divertiré en demasía con los libros de Marlowe y Spade (que también me dejaran un hueco al terminar todos los libros en los que aparecen), pero estoy casi seguro que nunca encontraré algo como lo de Harry Potter. Ya sé, es desolador, pero así nomás es.

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